Pionero de un sueño

Ángel Galeano Higua

Álvaro Garcés – Baluarte del Centro Médico de Especialistas y uno de los precursores de la Cooperativa Integral Campesina de Bolívar, (Foto archivo El Pequeño Periódico)

En el día de ayer continuó su periplo cósmico Álvaro Garcés, pionero de los descalzos en el Sur de Bolívar. Fue uno de primeros impulsores del Centro Médico de Especialistas de Magangué dirigido por Roberto Giraldo Molina. Álvaro además fue uno de los fundadores de la Cooperativa Integral Campesina de Bolívar, entidad que aglutinó a más de cinco mil campesinos, pescadores, mineros y colonos de la cuenca del Bajo Magdalena donde confluyen el Sur de Bolívar, Sucre y Córdoba. Tuve el honor de compartir con él varias jornadas en pro del desarrollo cultural, económico, social y político de esa importante región de Colombia.
Junto con Roberto Giraldo, Silvia Casabianca, Carmen Beatriz Zuluaga y Gladys Espinosa y Aidée Sánchez, entre los más claves, dieron vida al Centro Médico de Especialistas una propuesta revolucionaria en el sentido más profundo de la palabra, atendiendo a la población más vulnerable de esas latitudes, no sólo desde el Centro Médico en la Calle de Las Damas de Magangué, sino en las brigadas de salud a las regiones más apartadas corriendo los riesgos más altos riesgos. Administró la farmacia del Centro Médico con una honradez admirable, lo mismo todas las responsabilidades que aceptó en el Cooperativa.
Esta experiencia adquirida durante varios años la puso Álvaro al servicio de la Cooperativa campesina al lado de otros líderes locales, como Clemente Ávila y Lucho Ávila y los descalzos bajo la coordinación de Alejandro Acosta y la orientación nivel nacional de Francisco Mosquera Sánchez. A donde iban las brigadas iba la cooperativa, y de manera simultánea iba también El Pequeño Periódico, porque Álvaro fue uno de los colaboradores más incondicionales del periódico.
Hasta cuando las cuadrillas guerrilleras empezaron a sembrar el odio y el terror, asaltaron embarcaciones con los brigadistas del Centro Médico, asesinaron a Clemente y a Lucho en la Serranía de San Lucas y los descalzos tuvimos que abandonar la región para salvar la vida.

Con los delegados en una plenaria de la Cooperativa Campesina realizada en Magangué en 1986 (Foto archivo El Pequeño Periódico)

Hoy, Álvaro Garcés partió después de haberlo entregado todo por el sueño de un país digno y autónomo. Su vida es un ejemplo e inspiró uno de los personajes centrales de mi novela El río fue testigo.
No podemos negar la tristeza que su partida nos produce, pero también nos sentimos orgullosos de haberlo conocido y de haber recibido sus enseñanzas.
Desde este rinconcito levanto mi banderita jubilosa porque Álvaro nos señala que la muerte no existe cuando las huellas que se dejan son profundas e imborrables.